Esta semana los tabloides americanos están frotándose las manos con la cantidad de noticias malas que tenían entre manos. Quién sabe cuántas serán verdad, que ya sabéis cómo les gusta sacarse algunas de la manga – todavía me acuerdo del rollo Beyoncé-Obama -. Vámonos al kiosko de Poprosa a ver qué se cuece en el papel couché.
Miserias, miserias, ¡que eso es lo que les gusta!
Empezamos con la pobre Selena Gomez, que anda en rehabilitación y que echa las culpas de sus malas elecciones a Justin Bieber. La portada de In Touch nos trae las lágrimas de la cantante por todas las chicas con las que el memo de su ex le puso los cuernos.
En Life & Style nos traen a otra joya de la corona en lo de tomar malas decisiones. Miley Cyrus habría caído más bajo que un plomo en el río tras haber intentado levantarle el novio a su hermana pequeña. No creo que ni fuera legal…
OK nos traen otro drama, el de Miranda Lambert y Blake Shelton, una pareja que sufre por el alcoholismo de él y que, según cuentan en la revista, está entre la espada y la pared. Miranda no piensa tragar más y el divorcio está a tiro de piedra.
La portada de Star está dedicada a los desórdenes alimenticios de las famosas, algunas auténticos esqueletos ambulantes. Lo de Denise Richards es para quitar el sueño. Vaya brazo, la madre del cordero…
¿Buenas noticias? Aquí tampoco
Parece que al National Enquirer le desmienten las noticias casi antes de salir. Esta portada habla de Ellen Degeneres, que teóricamente estaría preocupada por un posible cáncer de mama. Mentira cochina. Y vergüenza inventarse algo así.
Tanto People como US Weekly se dedican a algo que a nosotros ni nos va ni nos viene, y es que parece que se ha disparado una polémica considerable por un reality en el que la gente pierde peso. Y una de sus participantes ha soltado tantísimo peso que se ha liado parda. Nada más.
Ya veis, más de lo mismo.
Venga, algo un poco más agradable
Aunque de cierto… No sé yo si tendrá mucho. En el Globe, embarazan a Kate Middleton y encima de una niña, a la que llamarán Diana, con el beneplácito de la reina. Sí, claro. Qué imaginación tiene la gente…
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